Pensando en los navarros, jóvenes, niños y mayores, los abajo firmantes creemos necesario, hoy más que nunca, hacer una valoración y un recorrido a cerca de la historia de Navarra para que sirva de orientación y llamada al recuerdo de nuestra personalidad foral Navarra, foral dentro de la unidad de la nación España.
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Navarra, históricamente, apareció como Reino de Pamplona hasta que Sancho VI el Sabio sustituyó el título de Rey de Pamplona por Rey de Navarra. Desde sus orígenes y a lo largo de los siglos, han sido los fueros y su juramento, por parte de los reyes Navarros, la idiosincrasia del funcionamiento y reconocimiento de lo que hoy se ha configurado como Comunidad Foral. Navarra, durante estos siglos, ha sido un reino independiente en el occidente de Europa, hasta que, pasando por la ¨Ley Paccionada”, la constitución democrática de 1978 y el Amejoramiento del Fuero de 1982, de forma voluntaria, con pacto que respeta el régimen foral -como el fuero manda- se ha consentido la unidad constitucional indispensable para la unidad de España. Anhelo que, desde la edad media, nuestro pueblo deseaba para formar parte de una nación más amplia y proyectarse internacionalmente por medio de ella.
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Caben como referencias “sine qua non” cómo a Sancho el Mayor se le consideraba el primer precursor de la unidad política de España y fue llamado -con toda razón- «Regi Iberico», «Hispaniarum rex», «Rex Pyrinaeorum montium», «rey de reyes de España» e incluso «imperator totius hispañiae» , cómo, a lo largo de tantos siglos, el pueblo navarro, sin unidad de raza y lenguas, se ha identificado con los fueros constituyendo una unidad moral. Viendo en ellos la base de su libertad y su dignidad para defenderse de reyes absolutos o gobiernos dictatoriales. Así se ha vivido la navarridad foral, garantía de la seguridad jurídica.
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Hay que agradecer a los partidos políticos, instituciones y personas que, con sacrificio de sus legítimas opiniones, supieron dar al pueblo español la constitución y al navarro el Amejoramiento del Fuero, ambas con defectos -como todo lo humano-, pero que han dado la oportunidad de superar los agravios que Navarra sufrió en el siglo XIX. El partido de la señora Díez, UpyD, en su programa electoral de 2008 y en la propuesta 4 pide “suprimir la disposición adicional que consagra los derechos históricos de los territorios forales ”. Estamos ante una gamazada aún más peligrosa. La postura de este partido es peor que la adoptada por los separatistas euzkadianos, pues si Navarra se integrara en Euskadi, en principio, el régimen foral no sería afectado y habría cuatro diputaciones forales: la de Navarra, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, aunque su futuro fuera imprevisible.
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No cabe mayor contrafuero. La pretensión de UpyD rompe la unidad constitucional de España y nos arroja fuera de la nación española, rompiéndose esa unidad de la patria España, que con pacto -como el fuero exige- por fin se ha logrado democráticamente. Ignora, también, UpyD que el Amejoramiento del Fuero, Ley Orgánica, en el art. 2 determina que los derechos originarios o históricos serán respetados y amparados por los poderes públicos con arreglo a la Constitución, de conformidad con lo previsto en el párrafo 1º de la Disposición Adicional primera.
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Pretenden un uniformismo y un centralismo propios de un estado unitario, contrario a la historia de España falsificando así la historia. Lo cual como advirtió el filósofo Julián Marías es una nueva dictadura. Del mismo modo UPyD afirma que Navarra es insolidaria, pero deben demostrarlo y, mientras tanto, es una falsedad intolerable. Fácil lo tienen si así lo creen pidiendo se aplique el convenio económico con el estado solicitando la intervención de la junta arbitral (capítulo VII del título I) examinar el título II (aportación económica) y reuniendo la comisión coordinadora con arreglo al título III.
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Se podría escribir mucho sobre cómo reaccionar ante el contrafuero, pero esto excede en gran medida a las posibilidades de un artículo.
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Invitamos a las personas de Navarra a una reflexión conjunta, pues no nos cabe duda que ellos como nosotros deseamos lo mejor para Navarra y, por tanto, para la patria común España. Al pueblo navarro le alcanza la reflexión de Ortega: “el mayor deber el de la fidelidad con uno mismo”.
Invitamos a las personas de Navarra a una reflexión conjunta, pues no nos cabe duda que ellos como nosotros deseamos lo mejor para Navarra y, por tanto, para la patria común España. Al pueblo navarro le alcanza la reflexión de Ortega: “el mayor deber el de la fidelidad con uno mismo”.
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Nieves Ciprés, Javier Octavio de Toledo, José Luis Sánchez de Muniáin, José Enrique Escudero, Andrés Valencia, Guillermo Lorea, Angel Remírez… Afiliados PP de Navarra
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