No es que vuelva otra vez el debate del aborto. Es que nunca se ha ido. El día en que ya no se hable del asunto como no se habla de las operaciones de apendicitis el mundo se volverá oscuro e irrespirable. Entonces, si ganan los defensores de la cultura de la muerte, el miedo se multiplicará por cien y decir lo que se piensa será un riesgo inasumible. Porque todos sabemos que el aborto no viene solo. Que tratar a seres humanos pequeñitos (e inútiles) como si fueran ramitas de un árbol que se podan sin remordimiento es sólo la parte más visible de una tiranía que pretende dirigir el mundo al estilo de Matrix, como si todos nosotros fuésemos pilas de energía en vez de personas.
El debate del aborto es cuestión de pura humanidad y de sentido común, decimos con razón. Pero el hecho es que en todos estos años han sido católicos quienes han llevado siempre la voz cantante en la defensa del nasciturus. ¿No será que al fin y al cabo si que tiene algo que ver nuestra fe, la de nuestros bautizos y nuestros funerales, con el misterio del origen y del fin de la vida? Por más que busco no encuentro a los Ateos por la Vida ¿dónde están?
¿Y los políticos por la vida? ¿ya saben que este es uno de los mínimos con los que no se puede negociar?. Atención al debate interno en UPN, partido que se encuentra en plena descomposición ideológica. Sergio Sayas, el defensor de los diversos "modelos de familia", ha expresado su rechazo a la ampliación del coladero abortista para decir a continuacion que lo que hay que hacer para evitar embarazos no deseados es tomar precauciones… ¿de verdad que no hay más voces pro-vida en UPN?
Jerónimo Erro