El editor en Europa de The Economist afirma en Pamplona que “no existe una crisis económica gigante”.

Frente a las posibles repercusiones negativas de un declive en el mercado inmobiliario español, Carson confió no obstante en la fortaleza de la economía española. Así, alabó la diversificación y la inversión en el exterior realizada por muchas de las grandes empresas españolas, entre las que citó Acciona, Ferrovial y Repsol. Además, calificó a España como a un “centro financiero excelente. Se trata de uno de los mejores agentes bancarios”. La referencia obligada en este caso, naturalmente, eran el Santander y el BBVA.

En cuanto a los EEUU, origen de la actual situación de incertidumbre, el editor de The Economist dijo que “la crisis inmobiliaria no ha finalizado, pero tampoco se ha agravado”. Su diagnóstico fue que “no existe una crisis económica gigante, sino incidentes financieros que pueden hacer más lento el crecimiento en EE. UU., aunque no implicarán una recesión”.

Lo cierto es que, respecto a la actual crisis, hay una serie de cosas en las que todo el mundo esta de acuerdo y otras en las que nadie parece saber nada.

Respecto a las que todo el mundo está de acuerdo, es que hay un cambio de ciclo en el sector inmobiliario de los EEUU. Otra cosa en la que todo el mundo está de acuerdo es en que hay una enorme cantidad de deuda una parte de la cual, nadie sabe exactamente cuánta, es crédito de muy baja calidad, y por tanto de alto riesgo. Hay también unanimidad en que los próximos dos trimestres van a ser flojos. Se augura un crecimiento del PIB USA apenas superior al 1%. Todo lo cual, sumado, está generando una notable incertidumbre. En esto último también está todo el mundo de acuerdo. No hay más que ver la cotización en bolsa de los bancos americanos para darse cuenta de hasta qué punto esto es así.

El diagnóstico de la situación nos recuerda el viejo tópico de que, si uno le debe un millón de euros al banco y no puede pagarlos, uno tiene un problema muy gordo; pero si lo que debe al banco son 1.000 millones y no puede pagarlos, entonces es el banco el que tiene un problema muy gordo. El problema, como decíamos, es que realmente es muy difícil saber cuánta deuda basura hay circulando y cuál es el volumen exacto de la burbuja de crédito.

Cuestión más complicada, por tanto, es hacer un pronóstico sobre las consecuencias de lo que está pasando. Hoy mismo hemos conocido una encuesta del Wall Street Journal entre 55 economistas, que arroja los siguientes resultados:

  • Más de la mitad de los encuestados, considera que la actual crisis financiera está todavía en pleno desarrollo.
  • Un 25% considera, de hecho, que aún está en sus comienzos.
  • Sólo el 15% de los economistas consultados dan por zanjada la crisis o, al menos, la parte más severa de la misma.
  • Entre los principales problemas, el 28% de los economistas señala a un posible credit crunch. El 30% señala al sector inmobiliario. Un 16% señala en cambio al petroleo. La debilidad del dólar o la caída de las bolsas preocupan en mucha menor medida a los expertos.

A pesar de que estas opinones parecen contrastar con el relativo optimismo expresado hoy en Pamplona por el editor de The Economist, lo cierto es que de momento no hay recesión en los EEUU ni en Europa. Hemos tomado, como reflejo de esto, los índices PMI (Purchasing Managers Index) en octubre de EEUU, España, Alemania y la media de la UE. Una lectura por encima de 50 significa expansión.

La mala noticia es que España muestra en esta gráfica las lecturas más flojas de la comparativa, tanto en el sector manufacturero como en el sector servicios.

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