Las reuniones en Estíbaliz, habrían contado con la presencia de “Txeroki” y la mediación del obispo Uriarte, que en este asunto actuaría a título personal y no como representante de la Iglesia.
La reciente campaña de Interior, exhibiendo carteles con las fotos de los etarras más buscados, podría ser al parecer una forma de quemar a un sector de ETA aún más radical que el del propio “Txeroki”, al que se estaría obligando a quedarse “en la nevera” mediante la revelación de su imagen e identidades.