Todo lo anterior, naturalmente, queda a expensas de la reacción del siempre imprevisible PSN, pero de momento Sanz parece haber rebajado claramente sus exigencias. Atrás pueden quedar sus declaraciones cuando decía que UPN no presentaría a un candidato “si no existe una cierta garantía o compromiso de estabilidad institucional para esta legislatura”. Sanz insistió reiteradamente en la exigencia, sostuvo que “continuar en el poder sin la garantía de una estabilidad institucional, sería hacer un flaco favor a los ciudadanos navarros”. E incluso llegó a afirmar que era necesario que “exista un compromiso que garantice estabilidad. Porque para generar un gobierno inestable, indudablemente sería mucho mejor optar por la convocatoria de nuevas elecciones. La razón es que no se puede someter a ninguna inestabilidad institucional a una comunidad como Navarra. La conformación de un gobierno es una cosa seria”. Veremos. Si algo ha quedado demostrado en estos meses, es que fiabilidad y PSN son términos excluyentes.
(Sin valorar todavía)
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