A todas las anteriores reuniones, según Gara, acudieron “cualificados observadores internacionales”. La delegación Batasuna la encabezaba el ahora encarcelado Arnaldo Otegui. ETA se habría mostrado dispuesta a desmantelar sus estructuras militares en la mesa de desarme, si a cambio se aceptaba la propuesta de autonomía a cuatro con derecho de autodeterminación propuesta por Batasuna en la mesa paralela de partidos. El precio máximo ofrecido por el PSOE, sin embargo, consistió en reformas estatutarias tanto en el País Vasco como en Navarra y en la oferta de crear más adelante un órgano común de gobierno vasconavarro. Al no ser la oferta política socialista suficiente para ETA, el bloqueo en la mesa de partidos provocó la ruptura del alto el fuego en la mesa de desarme.
Gara cuenta además que las reuniones incluyeron inicialmente al PNV, pero que éste quedó finalmente fuera al oponerse a la propuesta de autonomía a cuatro, por la pérdida de poder político y económico que le supondría.
La anterior información revelaría, a pesar de las reiteradas negaciones socialistas al respecto, tanto que se ofreció a la ETA el pago de un precio político a cambio de dejar de matar (por más que este precio le pareciera a la banda insuficiente) como que se siguió negociando sobre los cadáveres de Diego Armando Estacio, Carlos Alonso Palate y Ambrosio Fernández Recio. La presencia de "cualificados observadores internacionales" que hicieron de testigos puede servir a la banda, o al gobierno, para determinar quién nos miente y quién nos dice la verdad.