HA MEJORADO LA ATENCIÓN FARMACÉUTICA EN NAVARRA… ¿Y EL MERCADO EN SU CONJUNTO? Han pasado seis años desde que en Navarra entrara en vigor la ley de ordenación farmacéutica. Una encuesta recientemente realizada a una muestra de la población navarra revelaba que la mayoría de los encuestados opinaban que la atención ha mejorado. Esto no es sorprendente: la factura que afrontan los consumidores no ha aumentado y ahora hay más farmacias y más cercanas (para la mayoría de los navarros). Sin embargo, la nueva ley seguramente aspiraba a algo más y era más un medio que un fin, por lo que deberíamos valorar la consecución de otras metas. La aparición de asociaciones de farmacias que tratan de añadir valor a su labor, mejorando la información, buscando la fidelización de pacientes y clientes prestando servicios diferenciados son indicios también de los efectos positivos derivados del incremento de la competencia. Obviamente, esa mayor competencia ha afectado a la rentabilidad media de las oficinas de farmacia: habrá disminuido la de algunas farmacias pero habrá aumentado también las de otras, aquellas que no podían acceder al mercado antes de la entrada en vigor de la ley. Quedan sin embargo muchas cuestiones sobre la prestación farmacéutica que merecen atención, como la regulación que sigue existiendo sobre muchos aspectos. Hay más farmacias pero sigue siendo un mercado altamente regulado, y sigue dando la impresión (ahora más que antes) de que se trata de un mercado (el de la distribución y dispensación) demasiado fragmentado en comparación al de otros países, lo que impide aprovechar ciertas ventajas derivadas de la concentración. Pero sobre todo, las políticas farmacéuticas sobre las que la Comunidad Foral tiene competencias, deberían tratar de abordar cuestiones cómo una mayor prescripción y sustitución de genéricos, la reducción de las relaciones de agencia entre los agentes del sector, de tal manera que se persigan objetivos comunes como la eficiencia del gasto, o las mejoras en la eficiencia de la distribución. Una ley que en definitiva, parece quedarse corta en los objetivos y logros alcanzados pues por centrarse en una cuestión, la de la dispensación a través de las oficinas de farmacia (que no deja de ser importante), no resuelve las cuestiones de peso del mercado y la atención farmacéutica. Fernando San Miguel, economista de Institución Futuro
