LOS ARCHIVOS: TODA LA MEMORIA HISTORICA DE NAVARRA

LOS ARCHIVOS: TODA LA MEMORIA HISTORICA DE NAVARRA En estos tiempos de memoria selectiva y de novela anti-histórica es un alivio saber que al menos en Navarra hay quien se preocupa y vela por la conservación de las fuentes documentales del pasado. De este modo se posibilita que algún día el trabajo paciente de los historiadores consiga vencer para despegarse de esas dos lacras manipuladoras de la verdad que son la amnesia histórica por un lado, y la superficialidad irrespetuosa por otro. El nuevo Archivo General de Navarra, instalado ahora sobre las piedras del viejo Palacio Real ha cedido su emplazamiento a la voracidad oficinista del Gobierno Foral, que gracias al traslado cuenta ahora en la calle San Ignacio con otra fachada al estilo de la “Casa Blanca” norteamericana. El cambio ha sido para bien, y si a ello se suman la reciente clasificación del Archivo de la Catedral de Pamplona, o la nueva reglamentación destinada a todos los archivos municipales navarros, habrá que concluir que, en efecto, el sentido común ha podido más que la ideología dominante. Es frecuente que políticos e ideólogos se refieran en su ignorancia al pasado histórico previo al mito constitucional de 1978 como a un “totum revolutum” ilegible: las cruzadas, la inquisición, Franco, Felipe II, las brujas, la guerra de Cuba y los gremios medievales… De todo lo pasado sólo saben rescatar el oscuro paréntesis de la Segunda República, bien maquillado, como si fuera lo único cierto que haya pasado. Por eso es un auténtico milagro que, de hecho, con presupuestos adecuados y buen hacer técnico, los archivos navarros tengan garantizada su conservación y cuidado para las generaciones futuras. Para que tengamos siempre presente de dónde venimos. Para que, si se nos olvida, podamos recordar quiénes somos. J.E.

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