Análisis sobre el acto del sábado

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¿Fue el acto del sábado un homenaje que incluyó a etarras?

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¿Fue siquiera un homenaje?

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Para el Diario de Navarra está claro que sí, y así lo llevó a su portada.

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El Gobierno de Navarra, por su parte, pese a ser domingo, publicó ayer una nota desmintiendo que se produjera tal homenaje. ¿Cuál es la verdad?

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Lo cierto es que malamente puede el Gobierno de Navarra desmentir que el acto del sábado fuera un homenaje que incluyó a etarras cuando, previamente, ha reconocido que no se sabía quién estaba incluido y quién estaba excluido de ese homenaje. Incluso al margen de un listado de nombres, no hay tampoco ningún criterio explícito para saber a quién excluir. La propia inexistencia de cualquier criterio invita a pensar que el homenaje incluyó a cualquier terrorista abatido por la policía o asesinado por grupos parapoliciales o de extrema derecha. El texto literal de la invitación era que se trataba de un acto hacia las “víctimas por actos de motivación política provocados por grupos de extrema derecha o funcionarios públicos”. Según el tenor literal de la invitación, cualquier etarra asesinado por los GAL podía estar incluido y no hay señalamiento expreso alguno que lo desmienta. Es más, del transcurso del propio acto se deduce que estaban incluidos esos etarras, y no sólo esos, sino que el criterio de inclusión era más amplio aún.

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Los 13 incluidos en el homenaje

Aunque se nos ha vendido el acto como “genérico” y, por tanto, que no se sabía a quien excluía y a quién incluía, lo cierto es que hubo una serie de presencias concretas. Puede que no estuvieran todos los que son, pero sin duda eran considerados víctimas los que participaron. A este respecto, en el que podría considerarse como momento culminante del acto oficial, hubo tres familiares de víctimas que leyeron un comunicado firmado por familiares de 13 víctimas. Los 3 familiares que leyeron el comunicado fueron Fermín Rodríguez (hermano de Germán Rodríguez), Eneko Etxeberría (hermano de Naparra, terrorista de la rama de ETA llamada Comandos Autónomos Anticapitalistas) e Idoia Zabalza (hermana de Mikez Zabalza, muerto mientras estaba detenido). La inclusión entre los homenajeados de “Naparra” evidencia que el sábado se homenajeó oficialmente a personas que utilizaban el terrorismo y la violencia. Algo no sólo insólito sino absolutamente contradictorio con la supuesta naturaleza del acto, puesto que no tiene sentido homenajear a los violentos en un acto supuestamente contra la violencia. Pero hay más.

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Decíamos que estos 3 familiares leyeron un texto firmado por un colectivo de 13 familias. Pues bien, entre esas 13 familias se encontraban, por ejemplo, la de Mikel Castillo Furtado, miembro del comando Amaiur de ETA, muerto en Pamplona tras una persecución policial después de un atentado frustrado. También se encontraban los familiares de Rafael Delas Azkorbe y José María Izura Sanz, miembros de los Comandos Autónomos Anticapitalistas abatidos por la policía en 1984. Se encontraba también la familia del etarra Angel Gurmindo alias “Stein”, asesinado por los GAL. O la familia de Iosu Zabala Salegi, miembro del comando Nafarroa de ETA que aparentemente, según la Ertzaintza y el gobierno vasco, se suicidó tras varios días huyendo de la policía. Otra de las supuestas víctimas era Sara Fernández Esparza, muerta en un accidente cuando iba a visitar a un preso de ETA no arrepentido.

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Del anterior listado podemos extraer por lo menos estas conclusiones:

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-En el acto del sábado se homenajeó a terroristas, incluso a terroristas que fueron abatidos cuando iban a cometer un acto homicida.

-El sábado también se sentó el principio de que tan víctima es un etarra que se suicida, que muere en un enfrentamiento con la policía o que lo matan otros criminales, como el niño al que mató una bomba de ETA, el empresario que fue secuestrado, el concejal al que le pegaron un tiro en la nuca, o la mujer del concejal al que le pegaron otro.

-Este aciago sábado la administración homenajeó a personas que utilizaron la violencia para aplastar la libertad, destruir el estado de derecho e imponer sus postulados políticos. El estado homenajeando a quienes intentaban destruir el estado. ¿Y qué más?

-El sábado también se sentó el principio que si se encarcela a un terrorista y un familiar suyo muere cuando va a visitarlo, eso se considera ya oficialmente en navarra como un crimen de estado. En este sentido prohibir inmediatamente las visitas a los etarras presos, para evitar crímenes-accidentes, sería casi un acto humanitario, o por lo menos un mal menor.

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¿Era un homenaje o no era un homenaje?

Tras la reflexión sobre las personas que eran objeto del homenaje, apenas cabe discutir si el acto celebrado era o no era un homenaje, que hasta eso se ha discutido. Por un lado parece evidente que sí lo era. El propio Koldo Martínez lo reconoció, declarando que “es un homenaje genérico”, o que “recientemente desde UPN se decía que no asistirán si en este homenaje se recordaba a “naparra”, un navarro que fue secuestrado y desapareció por el Batallón Vasco-Español, que pertenecía a un grupo de comandos anticapitalistas, una organización que asesinó a muchas personas, pero el hecho de ser miembro de ese grupo no le hace indigno de recibir un homenaje”. Las palabras de Martínez también evidencian que se homenajeó a personas pertenecientes a una organización terrorista y que a Martínez le parecían dignas de recibir ese homenaje.

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Queda claro por tanto que sí era un homenaje y que el homenaje incluía a terroristas, lo que por otra parte es evidente puesto que fue convocado con carácter oficial, en una sede pública, con las máximas autoridades, con coro, ofrenda floral, aurreskus, aplausos… Lo que no puede pretender el gobierno del cambio es que que para los homenajeados sea un homenaje y para el resto de la sociedad, incluidas las víctimas de los homenajeados, no lo sea.

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