Caídos: ¿ideología o legalidad?

 

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Al hilo de los acontecimientos que estamos viviendo sobre exhumaciones y deseos de demoler el Monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada, quisiera aportar estas reflexiones personales.

Es absolutamente comprensible  que  todos aquellos familiares que quieran recoger a los muertos y llevarlos con sus familias lo hagan. Lo que no me parece justo es juzgar hoy las intenciones y los hechos que les llevaron a estar ahí, intentando excusarles (quizás por exceso de amor y urgidos a hacerlo por el pensamiento político dominante).

Pero en el problema de la cripta  y la intención de demoler el conjunto monumental hay algo más que el querer honrar a muertos de otro bando, españoles también, injustamente olvidados en épocas pasadas, o el deseo legítimo de alguna familia del reencuentro de difuntos familiar. Creo que hay voluntad de reescribir la historia por parte de los políticos. Por la sencilla razón de que es necesario para su proyecto ideológico borrar la identidad colectiva, hacer desaparecer la conciencia sobre de dónde venimos, quiénes han sido nuestros padres y abuelos, por qué eligieron esto o lo otro, cuáles fueron sus victorias y sus derrotas, sus luchas e ideales, sus frustraciones y esperanzas. Porque el pasado también nos define como pueblo, y el conocimiento correcto de nuestra historia es una parte esencial en nuestra identidad, pero – ¡ay, esto no lo podemos perdonar! – choca con el construccionismo propio de los nacionalismos, que, entre victimismo y victimismo, prescinden de la historia real para crear una realidad política a su gusto.

La historia les trae al pairo. Lo suyo es la ideología, y, si para ello hay que demoler, quemar, insultar,  matar,  amenazar, cambiar el callejero, las letras de las canciones, apropiarse del folclore, reescribir, tergiversar y apartar de la comunidad científica a los historiadores que llegan a conclusiones diferentes a las suyas, pues se hace. Al fin y al cabo, es Poder y es voluntad, y es el  poder quien reparte el carné de ciudadano ejemplar.

Considero estúpido demoler un monumento histórico. La realidad no cambia por eso.

Pero volvemos a la pescadilla y su rabo. ¿Realidad? ¿Y qué importa la realidad? La ideología es lo que cuenta.

Que no nos vendan como respeto a la legalidad lo que es simplemente ideología.

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Comentarios (1)
  1. Ramon de Argonz says:

    Son ta-li-ba-nes. Cuidado con ellos, que hacen mucho daño.

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