Tres errores de la izquierda respecto a la inmigración y la no intervención

Más allá de lamentar los atentados, la izquierda radical (no toda la izquierda) se ha desmarcado de la lucha contra el yihadismo y de cualquier represalia contra los responsables. Lo cierto es que la extrema izquierda, particularmente la española, tiene problemas para gestionar su respuesta al terrorismo islámico por varios motivos.

En primer lugar porque para poder llamar asesina a la derecha tiene que abstenerse de cualquier intervención armada, lo cual sólo es sencillo al estar en la oposición.

En segundo lugar porque para la izquierda extrema, en base a su fondo doctrinal marxista, todas las guerras tienen una causa económica y el capitalismo es el responsable de todas las guerras. Por consiguiente, cuando te ponen una bomba o ametrallan una discoteca es porque tú has sido antes muy malo, o sea capitalista.

Como consecuencia de todo lo anterior, la izquierda ha deslizado durante mucho tiempo a la sociedad la idea de que si gobierna la izquierda no puede haber atentados terroristas.

El NO A LA GUERRA en sus diversas variantes se nutre fundamentalmente de las tres anteriores ideas, si bien a la luz de lo que ha venido sucediendo en los últimos tiempos se puede verificar que se trata de tres errores carentes de fundamento.

A nadie nos gusta la guerra, ni nos interesa

Una economía no puede prosperar centrada en la guerra. A los vendedores de armas les puede favorecer la guerra, pero estorba a todos los demás. El desarrollo y el comercio necesitan estabilidad, libertad de movimientos y seguridad jurídica. Nadie va a comprar ni a vender a un mercado mientras llueven las bombas. Y una economía que gire en torno a la guerra es una economía ineficiente, como una economía que sólo produjera zapatos. Mientras los teóricos de la extrema izquierda hablan de sangre y petróleo, donde se estaba ganando dinero de verdad es vendiendo jerseys.

La izquierda inspirada aún por los principios marxistas reduce los móviles del ser humano al dinero, cuando esa misma extrema izquierda da la mano al separatismo para conducir poblaciones enteras a la ruina financiera, en virtud de un mero sentimentalismo nacionalista antieconómico.

Obviamente tampoco es el dinero lo que mueve a un ser humano a inmolarse por su religión o a defender la suya aunque lo degüellen. La visión economicista de todos los móviles humanos es tan reduccionista y falsa como el propio marxismo.

La paz es buena para la economía, la guerra mala. La teoría del cristal roto

Todo lo anterior tiene mucho que ver con la famosa teoría del cristal roto. La idea de que rompiendo un cristal o tirando un papel al suelo se crea riqueza, porque se produce un beneficio para el cristalero o el basurero. Claro que esta teoría nunca tiene en cuenta que ese dinero viene de algún sitio y se deja de invertir en otra parte en donde sería más útil y productivo que volver a pagar otra vez un cristal. No obstante, la izquierda suele explicar todos los conflictos mundiales en virtud de la absurda teoría del cristal roto.

La no intervención puede causar más muertes que la intervención

Es fácil llamar asesino a alguien que decide intervenir y ordenar un bombardeo. No obstante, el que decide no intervenir y no mancharse las manos puede ser mucho más asesino. En agosto de 2013 Diario de Noticias publicaba un editorial titulado “No a la guerra”, dedicado a defender la no intervención en Siria. En aquel momento era el dictador Bashar al-Asad el que machacaba a la población civil y el que generaba escenas intolerables de masacre en los telediarios. El Grupo Noticias, como la izquierda en general, abogó por la no intervención para evitar el bombardeo a civiles y la desestructuración del país. Iraq era el vivo ejemplo de que el camino a seguir era la no intervención. El resultado un par de años después es que ha sido el ISIS el que ha masacrado a los sirios, que ahora vemos a Bashar al-Asad casi como un benefactor, que tenemos a cientos de miles de refugiados en las fronteras y niños ahogados en las playas. Este es el resultado de la no intervención. El partidario de una intervención es responsable del derramamiento de sangre que se produzca, pero el partidario de la no intervención también lo es por la sangre que se derrama por no hacer nada. No hay, por otro lado, una forma de afrontar el problema sin mancharse las manos.

Los refugiados y el pasaporte de los terroristas

En este momento de confusión todo el mundo teme que aparezca la noticia de que alguno de los terroristas de París era un refugiado sirio. Especialmente aquellos que pusieron el grito en el cielo cuando se habló de controlar la llegada incontrolada de refugiados o de resolver el problema en origen para evitarla. El obispo Cañizares recibió un aluvión de críticas sólo por señalar un riesgo que a estas horas parece que ya se ha demostrado real, puesto que existen serias sospechas de que alguno de los terroristas hubiera entrado como teórico refugiado sirio. El aluvión de críticas a quienes dijeron que Cañizares disparataba debería ser proporcional al aluvión de críticas que recibió Cañizares.

La izquierda radical y la victimización del verdugo

Queda por señalar finalmente la mezquindad de la extrema izquierda cuando, tras un atentado salvaje, se pregunta por los actos previos de la víctima que pudieran justificarlo. Aparte de ser una actitud bastante abyecta, la extrema izquierda nunca adopta esta actitud cuando es a ella a la que se golpea. Por ejemplo, la extrema izquierda no se pregunta si es una reacción a actos previos de la extrema izquierda, pongamos, el alzamiento del 36.

Los terroristas usaban kalashnikov, no armas vendidas por Occidente

Las últimas horas también han dado lugar a cierto debate en torno al origen de las armas que tiene el ISIS. Aunque no nos engañemos, venderle armas al ISIS es un negocio bastante limitado. Es decir, el precio de un Eurofighter seguramente es superior al de dos millones de fusiles kalashnikov. Vamos, que el ISIS no es precisamente un cliente VIP. Con toda probabilidad es más negocio vender un sólo destructor moderno a cualquier estado que armar al ISIS. El ISIS no se caracteriza por la cantidad o calidad de sus armas, tanto como por la crueldad con la que las utiliza. No tiene sentido tratar de explicar la escena de un terrorista degollando a un rehén ante una cámara aludiendo a los fabricantes de machetes o los fabricantes de cámaras. Por lo demás occidente siempre es culpable:

-Si no hace nada, por dejar que los malos masacren a sus víctimas -Si interviene, por ser él mismo el que produce víctimas con los daños colaterales -Si se limita a armar a los que se oponen a los islamistas, pero sin intervenir directamente, por avivar el conflicto e incluso armar indirectamente a los islamistas, cuando estos ocasionalmente derrotan a las milicias armadas por Occidente y se hacen con su material.

El enemigo somos todos los que no son ellos

Francia no estuvo en Iraq, Hollande es socialista y los yihadistas no entraron a ametrallar Notre Dame, sino una discoteca, lo cual no quiere decir que no puedan ametrallar Notre Dame, sino que disparan indiscriminadamente contra todos los que no son ellos, aunque lleven coleta.

Comentarios (2)
  1. Y si luego comparamos a nuestra izquierda, la española, con la francesa, ya es para echarnos a llorar. Cómo defienden allá los de Valls y los de Hollande su bandera, su himno y su República, sus valores y sus instituciones. Aquí la izquierda escupe y se cisca en todo lo que simbolice España,no digamos ya las izquierdas localistas,locas locas, que encima tienen el añadido de ese nazismo racista identitario, reduccionista y reductor, reducido y corto de mente, y demente.
    Todo tendría un mejor encaje si históricamente el PSOE hubiera sido un partido socialdemócrata y no unos resentidos guerracivilistas, sociatas por fuera , tardomarxistas por dentro, siempre soñando con ganar esa guerra civil que provocaron y luego perdieron.

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  2. Infante de Ruesta says:

    Muy cierta la frase de: “No hay, por otro lado, una forma de afrontar el problema sin mancharse las manos”. Todos somos conscientes de lo que se ha robado por los políticos; de que han sido los onagros políticos los que han colocado a sus amigos y compañeros de pupitre al saqueo de las diferentes Cajas autonómicas; que los políticos han hecho aeropuertos de los que ni ha despegado ni aterrizado ni un solo avión. Que se han gastado nuestros dineros en cocaína y en putas. Que han dejado matar a la ETA sin quererse enterar de que estábamos en una guerra y que había que actuar contra los terroristas como en una guerra. Que han regalado las competencias de educación a los nacionalistas (que, a su vez, la han manipulado a conveniencia para fomentar el odio a España). Que no se quieren enterar de que el transfondo personal de los nacionalistas-separatistas, lo que los mueve en realidad, no es su amor desmesurado ni a Cataluña ni al País Vasco, es su odio a España y a todo lo español; que no se quieren enterar quién es el VERDADERO ENEMIGO, osea, la pléyade de fracasados que, movidos por su propia frustración personal, transforman su vacío vital aterrador en odio a España. Os enteráis ya, políticos onagros mangantes quién es el verdadero enemigo contra el que hay que luchar, ó deberemos explicároslo todos los días???

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