El caso Rover, o el equivalente al IVA de la Volkswagen en la CAV

Manifiestos, indignación, declaraciones aguerridas y altisonantes, que vienen los españoles, nos atacan… Alguien podría pensar que vaya suerte tiene Montoro de que el caso del IVA de la Volkswagen le haya tocado en Navarra, porque buena se la hubieran montado los nacionalistas si esto mismo hubiera pasado en la CAV en vez de con la blanda Barcina.

Sólo que la CAV ya ha tenido su propio equivalente al IVA de la Volkswagen: el caso Rover.

Entre 1990 y 2005, la firma de automóviles Rover importaba sus coches a España a través del Puerto de Pasajes, para pasar luego a ser almacenados en Alava y luego distribuidos y vendidos por toda España. Además, Rover España tenía su sede en Madrid. Pues bien, la CAV cobraba al estado el IVA de todos estos coches como si se vendieran en la CAV, lo que dejaba a las arcas del gobierno vasco millones y millones de euros de sobrefinanciación anual.

El posterior conflicto con el estado atravesó diversas etapas e instancias, incluyendo la Comisión Arbitral del Concierto, un apaño entre Zapatero y el PNV, la intervención del Tribunal Supremo y, finalmente, la condena a la CAV al pago de 435 millones de euros.

Hace apenas unos meses algunas diputaciones vascas presumían de un ligero aumento de la recaudación fiscal, que en buena parte venía determinado, más que por otras virtudes, precisamente por el fin de los pagos al estado del “caso Rover”.

Así pues, lo que tenemos es que ni en la CAV ni en Navarra los separatistas han tenido reparo alguno en aceptar una sobrefinanciación por venir el dinero del estado. Obviamente uno no puede aceptar esa sobrefinanciación y luego ofenderse por los problemas que aparecen con el tiempo, por crear una dependencia de esa sobrefinanciación o por sentirse chantajeado cuando se le amenaza con retirarse esa sobrefinanciación. Todo eso se puede evitar muy fácilmente no aceptando nunca esa sobrefinanciación.

También podemos concluir que si lo hacemos tan “bien” como lo hizo la CAV en el caso Rover, acabaremos siendo condenados a pagar el IVA de la Volkswagen. Es decir, mejor si utilizamos a la CAV como antireferencia en este conflicto. Un conflicto en el que además la cuestión no es si somos o no somos navarros, sino si tenemos o no tenemos razón. Y si no la tenemos, que es una cuestión discutible, se trata de minimizar los daños. Es cierto que el estado ha permitido una situación llamativa durante muchos años, pero también la ha permitido la Hacienda Foral respecto a Osasuna, y eso no quiere decir que Osasuna no tenga que pagar. En el peor de los casos nos puede ir tan mal como a los que ahora parecen el terror de Montoro, pero que perdieron el caso Rover. Para no acabar como ellos mejor intentar un camino distinto. Si es posible el del acuerdo amistoso, por supuesto.