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Este lunes el Diario de Navarra publicaba un análisis reflexionando sobre la le precarización de la plantilla pública tras una legislatura sin oposiciones en Navarra.
Algunas de las cifras aportadas en el análisis eran que la tasa de temporalidad ha pasado del 25,6% al 28,5% en un año o que entre 2012 y 2013 se perdieron 1.360 empleados públicos en la administración navarra. No obstante, también se apuntaba que en julio de 2013 había 23.350 empleados cuando este pasado mes de julio hubo 23.486.
Si abrimos el foco, sin embargo, lo que nos encontramos son datos como que a 31 de diciembre de 2008 la plantilla orgánica del Gobierno de Navarra y sus organismos autónomos ascendía a 20.632 empleados.
Dicho de otro modo: en plena crisis, con los ingresos públicos desplomándose y el sector privado ajustándose el cinturón y siendo masacrado por los impuestos, la cifra de empleados públicos ha aumentado en 2.854. El aumento de gastos de personal por contratar a todos estos empleados puede rondar los 85 millones anuales de euros. ¿Cuánto se ha reducido el tamaño de la administración foral desde diciembre de 2009 si tiene 2.854 empleados más?
Hay que recordar que este aumento de plantilla no se produce en un momento en que hay dinero para pagarlo, sino en un momento es que gastamos 200 millones de euros más al año de los que ingresamos, a través del endeudamiento.
De algún modo en esta crisis seguimos sin entender que el estado del bienestar no se puede sostener al margen de la fortaleza del sector privado. Hay una relación entre ambos. Un estado del bienestar muy potente necesita un sector privado muy potente para financiarlo, cuando se mira el ejemplo de los países nórdicos y su estado del bienestar se suele evitar subrayar este hecho. Seguimos pensando que el estado del bienestar es una cosa que se paga al margen de la riqueza que somos capaces de generar en el sector privado y que todos los mimos y cuidados deben ser para el sector público. En el Indice de Libertad Económica Finlandia ocupa el séptimo puesto, España el trigésimo segundo.
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Y para qué necesitamos más empleados públicos si no hay más población ni más o nuevas necesidades.
Igual tiene algo que ver que tengamos más liberados sindicales que Madrid en proporción, ya que Barcina, con Robertico metido en el gobierno foral, no quiso meterles mano. Y alguien tiene que hacer el trabajo de liberados y sindicalistas sesteantes.
También hay que hacer sitio a tanto funcionario de vuelta de empresas públicas redimensionadas, donde algo, poco, se ha hecho.
Y lo peor de todo es que no hemos quitado a los del Quesito para meter forofos de Barcina. Más los infiltrados Gebaichus y Bilduetarras. Otro horror.
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El problema de si son empleados públicos, funcionarios, miembros de una ETT o esclavos es relativamente secundario, si se considera que el problema principal es EL EXCESIVO NÜMERO campos en los que el Gobierno de Navarra y el sector público en general andan metidos sin saber muy bien porque. La mano pública esta detras de las semanas de la verdura, de las ferias del pincho, de los estúpidos “centros de interpretación” , de las horribles casetitas con mapas y papeleras de tronquitos que ensucian nuestro paisaje, de los pasacalles y demas buhonerias que han surgido para adorar al Dios Turismo, de los teatros , de todos los museos vacios,incluido el que le dedicamos al ideologo de ETA sr. Oteiza, de muchos conciertos, de casi todo el deporte profesional, de una banda de golfos que se dedican a cobrar en puestos “de confianza”, de un montón de adjudicaciones creadas solo para lucrar a cuatro amiguetes, de…
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