Las dietas del PSN

A pocas horas de pedir la dimisión de Yolanda Barcina por el escándalo de las dietas, se destapa el escándalo de que Roberto Jiménez cobraba dietas de la Junta de Entidades Fundadoras sin aparecer siquiera por las reuniones. No sólo es el PSN no haya pedido perdón ni haya devuelto un euro, sino que además ha pedido la dimisión de los demás que se sentaban en la misma mesa que Roberto Jiménez a cobrar tridietas… al menos cuando Roberto Jiménez acudía. La excusa del PSN es que todo lo cobrado por los socialistas es transparente y legal, al punto que la normativa de la CAN preveía una cantidad por ir y otra por no ir. Si los líderes del PSN piden dimisiones pero no presentan las suyas es sólo por tanto por un pequeño porcentaje de dietas que los socialistas consideran opacas.

No tan opacas

Que las dietas de la Permanente de la Junta de Fundadores eran tan legales como las demás parece de momento fuera de toda duda. Por una lado, como han explicado Goñi y Sanz, la Permanente gozaba de amparo estatutario pues los estatutos aprobados en 2010 ya contemplaban a la par que creaban la Junta de Fundadores que existieran además de las reuniones habituales sesiones de reporte. Es decir, se sentaban las bases para la creación de la Permanente. Pero es que además el Reglamento que se aprueba en junio del 2011 desarrolla explícitamente el funcionamiento de la Junta de Entidades Fundadoras en su artículo 67. A partir de esa fecha, como tarde, no queda duda de la intachabilidad formal de la Permanente:

Además de las reuniones de la Junta de Entidades Fundadoras previstas en los apartados anteriores, su Presidente y Vicepresidentes, actuando en calidad de Comisión Permanente de la Junta, recibirán periódicamente, mediante reunión mensual o por el medio que se establezca, información oportuna sobre la marcha de la Caja, que deberá ser proporcionada por el Secretario General de la Caja asistido por los directivos o personal que estime conveniente en cada ocasión, y sin perjuicio de la asistencia del Director General cuando así lo decida.

Si Roberto Jiménez aseguraba en octubre que no sabía nada de la existencia de esta Permanente, una explicación es que no se hubiera leído el Reglamento aprobado en junio. Es difícil saber con anterioridad a esa fecha de cuántas cosas más podría no haberse enterado.

No hacía falta que la Permanente fuera opaca para que todo el mundo se forrara, de donde se deduce que el relativo desconocimiento de este órgano no tiene nada que ver con las dietas

De todos modos, la irrelevancia de la opacidad o transparencia de la Permanente de cara al cobro de dietas se demuestra precisamente por las dietas que el PSN cobraba y presenta ahora como éticas y legales. Que las dietas, las tridietas y hasta las dietas sin ir tuvieran perfecta cobertura normativa, evidencia que no hacía falta ningún órgano opaco para cobrar todo lo que hiciera falta. Por consiguiente, si aquel órgano fue poco conocido al ponerse en marcha fue por la rapidez con la que se precipitaban los cambios en el sistema financiero en general y en Caja Navarra-Banca Cívica en particular, por las diversas reformas estatutarias y reglamentarias que acompañaban esos cambios, porque los acontecimientos iban por delante de los desarrollos normativos, o por lo que fuera. Pero desde luego no porque hiciera falta un órgano opaco para llenarse los bolsillos, puesto que eso podía hacerse tranquilamente con perfecto respaldo normativo como así sucedía. De hecho, aunque en el fondo es irrelevante, tampoco está ni mucho menos claro que la Permanente no lo tuviera.

Las dietas son en sí mismas escandalosas

Las dietas de la famosa Permanente son tan sólo la punta del iceberg. Como decíamos ayer, de los 600.000 euros que en dietas cobrados por Sanz resulta que de la Permanente de la Junta de Entidades Fundadoras sólo cobró 42.000, por poner un ejemplo. El escándalo no son los 42.000, el escándalo son los 600.000. Cuando para salvarse a sí mismo el PSN trata de reducir el escándalo sólo a las dietas de la Permanente, está dando por bueno más del 90% de las dietas de Caja Navarra. Es decir, está dando carta de naturaleza a casi el 100% de todo el dinero que se han repartido nuestros políticos. Que para poder exculpar al PSN haya que dar por buenas más del 90% de las dietas dice mucho del papel del PSN en todo este asunto y constituye por méritos propios una evidente prueba de cargo.

Las dietas consiguieron su objetivo

Resulta imposible desvincular las dietas y tridietas de cuantía salvaje en los últimos años con el declive de Caja Navarra. No sólo no había ninguna correspondencia entre los beneficios de la CAN y las dietas sino que, cuanto peor era la situación de la CAN, más aumentaban las dietas. La explicación más sencilla para este hecho es que las dietas pagadas por el vigilado “compraban” la voluntad del vigilante. De hecho, UPN y PSN han sido absolutamente complacientes hasta el final con Enrique Goñi y su gestión al frente de Caja Navarra, al punto de seguir premiándolo hasta antesdeayer mismo con la vicepresidencia de la Bodega de Sarría. Todas las dietas de la CAN a los políticos en los últimos años tienen por ello un carácter sospechoso y perverso, no sólo las pocas que se le escaparon al PSN. El PSN no tiene la legitimidad necesaria para solicitar la dimisión de nadie. Lo lógico de hecho es que quienes reclaman la dimisión de Barcina reclamen también la de Roberto Jiménez.

UPN y PSN van a tener que hacer un gran esfuerzo de regeneración para evitar que los navarros tengan que elegir entre nacionalismo y podredumbre. Si se pone a la ciudadanía navarra en esa tesitura, mucha gente puede no preferir la podredumbre o como mínimo abstenerse. El mal menor para ambos sería un gran crecimiento de IU y el PPN.