Tirón de orejas “planetario”

España se ha situado durante las últimas semanas en el ojo planetario del huracán financiero. Afortunadamente para Zapatero, sus votantes parecen vivir al margen del voto de los mercados financieros. No sólo de los mercados bursátiles, sino del tradicionalmente tranquilo y profesionalizado mercado de deuda. De este voto de censura da cuenta no sólo el IBEX, sino sobre todo el diferencial creciente de la deuda española. El pánico financiero de la semana pasada es una moción de censura en toda regla al empecinamiento socialista de seguir instalados en la misma política que nos ha puesto en el disparadero junto a Portugal y Grecia. Casualidad, todos ellos países con gobiernos socialistas. Denunciar una conspiración especulativa no sustituye la adopción de medidas. No obstante, los bancos centrales de la zona euro han concertado una acción conjunta para comprar deuda pública europea. Es decir, una acción conjunta para entregar dinero público a cambio de “papel” a los estados “vulnerables”. Por alguna extraña razón, ningún gobernante comparecerá indignado ante los medios acusando a los bancos centrales de “especuladores”. Cualquier especulador, sin embargo,  salta a la vista que es un auténtico  aprendiz de especulador en comparación con los bancos centrales. Desde este punto de vista, sí que es cierto que la mayor parte de la culpa de esta crisis la tienen los especuladores.

José Luis… es Barack, que te pongas.

En este contexto enloquecido, ayer se produjo la llamada de Barack Obama a Zapatero. Una llamada que sigue a la severa llamada de atención del Eurogrupo liderado por Angela Merkel al gobierno de España. Al parecer, todos los líderes del mundo desarrollado contemplan a Zapatero moverse entre los inversores con el mismo pavor con el que la cámara seguía a un niño que jugaba inocentemente con un revolver cargado en un capítulo de la mítica serie de Alfred Hitchcock. Obama quiso asegurarse de que esta vez Zapatero lo había entendido. De hecho, el gobierno ya ha anunciado un recorte del déficit de 15.000 millones. Ahora falta saber en qué. Es de temer que una víctima propicia del recorte pueda ser el AVE navarro. Un recorte de esta naturaleza garantizaría unas comunicaciones fulgurantes entre Castejón y Pamplona durante muchos años.

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