Se estrecha el pluralismo informativo

La concentración empresarial sigue siendo la tónica como respuesta a la dureza y duración de la crisis económica. En los últimos días, este hecho se ha manifestado con especial rotundidad en el sector televisivo. Los movimientos en este sector merecen especial atención en tanto en cuanto la televisión, a diferencia de la automoción o la construcción, crea opinión y modela en gran medida nuestra percepción del mundo. Es por ello que resulta significativo el hecho de que en España vaya a quedar en manos de sólo dos centros de decisión el control de cuatro canales privados, aunque cada uno de ellos seguirá emitiendo por separado. Para más información, tras la fusión de Cuatro y Telecinco se encuentran, respectivamente, PRISA (Juan Luis Cebrián, Ignacio Polanco) y Mediaset (Berlusconi), mientras que tras la fusión de Antena 3 y la Sexta se encuentran Planeta (José Manuel Lara) y Mediapro (Jaume Roures).

Como denuncia Eulogio López en el editorial de hispanidad.com, la fusión supone una seria amenaza al pluralismo informativo, en tanto en cuanto este oligopolio aspira a controlar los derechos de retrasmisión y el mercado publicitario mediante la oferta a los anunciantes de paquetes conjuntos. De fondo, los nuevos colosos estarían así en situación de marginar a otros grupos incipientes como Intereconomía, Popular TV o los operadores autonómicos, de mucho menor tamaño.

Comentarios (2)
  1. Antxon says:

    Ya decía Lenin que “la mentira es un arma revolucionaria”; hay que tener cuidado con los capitalistas progresistas que quieren salvarnos y sacarnos de la caverna: primero copan la información, luego la formación (a través de las series y programas y después en los ministerios) y, por fin, el mercado. Los votos ya los tienen cautivos y controlan a los grupos políticos.

    Hay que limpiar esto. Tal vez cuando el sistema financiero mundial se hunda de aquí a tres o cuatro años sea la oportunidad.

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  2. ¿Cerrar internet? Zapatero quiere aprobar una ley para ello, y sin que pase por un juzgado la decisión, camuflándola en su mamarrachada idea de economía sostenible.

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